El retrato ha sido —desde mi aprendizaje— el elemento más presente en los últimos 25 años. Desde que Rafael Pérez Contel (con quien tuve una relación maestro/discípulo, digna del renacimiento) me impusiera a mis 16 años un autorretrato modelado en yeso directo como primer ejercicio, hasta los últimos trabajos donde el parecido y la personalidad del retratado se funde con un conjunto de elementos plásticos… El camino de los retratos se va ensanchando y modificando poco a poco.
Tal vez por haber aprendido a dibujar modelando yeso o por intentar huir de una mera representación "copista" de un rostro, la búsqueda del elemento plástico y armónico del conjunto es mucho más importante que un simple parecido.
Cada cuadro tiene varios bocetos y dibujos… Cada cuadro tiene su historia.